Translate

quarta-feira, 15 de abril de 2015

Algunas preguntas que podemos hacernos en relación a nuestros hijos.


Algunas preguntas que podemos hacernos en relación a nuestros hijos.

Este texto no pretende ser de cuño científico y no hay por detrás de él ningún tipo de investigación bibliográfica. Lo que fundamenta estos cuestionamientos es la experiencia, sin duda, la base de cualquier conocimiento.
Si lee este artículo es porque seguramente tiene hijos y por lo tanto entenderá perfectamente de lo que estoy hablando. En nuestro día a día, entre las muchas obligaciones que tenemos una de las que más tiempo debería ocuparnos es la de ser padres, o mejor dicho; no dejamos de serlo ni un segundo desde que supimos de la noticia de que estábamos embarazados. Tal vez sea por eso que somos padres y no “estamos padres”.
Entonces me permito hacer el siguiente cuestionamiento en forma de preguntas. ¿Para qué? A veces para poder evaluar cómo estamos cumpliendo con nuestra responsabilidad de padres.
Antes de empezar¿Cómo aprender a ser padres? Muchas veces equivocándonos; con el agravante que estamos tratando con personas en un proceso de  formación muy importante y que, por lo tanto, nuestros errores tienen un precio muy alto.
Surge así la  importancia de intercambiar experiencias, conversar con otros padres y muchas veces consultar a pedagogos, educadores, sicólogos, religiosos o otros profesionales.
El análisis de estas preguntas tal vez nos permita poder corregir caminos, si se hace necesario. Sugiero, por lo menos, algunas para comenzar


¿Para qué estamos preparando a nuestros hijos?


Esta pregunta nos lleva a pensar si lo que queremos es mediar (ser mediador, por lo tanto estar entre el sujeto que conoce y el objeto del conocimiento) el proceso con miras a  que sean  sujetos autónomos, pensantes, críticos, ciudadanos, politizados, con un sentimiento de justicia social, etc.
Lógicamente que hay una posición ideológica por detrás de todo lo que hacemos, los valores y creencias que les entregamos y que, por lo tanto,  nuestros hijos serán inevitablemente orientados a seguir caminos que de alguna forma fueron escogidos por los padres, sin embargo, no podemos perder de vista la preparación para el momento en que ellos deban escoger exclusivamente por ellos mismos.
¿Qué estamos haciendo para que esto suceda? ¿Estamos preparando nuestros hijos en la responsabilidad y la libertad?

¿Cómo nuestros hijos enfrentan sus errores? ¿Los dejamos equivocarse? 

Si no hay cómo aprender a andar de bicicleta sin caerse, entonces tampoco hay como aprender a vivir sin equivocarse.
Lógicamente no queremos que nuestros hijos se equivoquen y esto no es positivo, pues no es natural, ya que  los priva, por ejemplo, del sentimiento de frustración, con el cual muchas veces van a tener que convivir durante la vida, del dolor, de reconocer errores y tantas otras experiencias tan saludables.
Dejar que los pequeños se equivoquen (controlando, claro está, los riesgos) nos da una oportunidad preciosa de diálogo, de poder juntos corregir estrategias y analizar dónde estuvo el problema.

¿Cómo les mostramos autoridad y límites?

Los primeros responsables por presentarles a los hijos los conceptos de autoridad y límites son los padres. Podemos observar que en algunos casos,  las familias hoy delegan esta responsabilidad a la escuela, la cual no está preparada para esto ni le corresponde este papel.
Siempre me causó mucha gracia en reuniones de padres cuando la madre venía angustiada y me decía:
“ Yo no sé qué hacer con mi hijo”
Nunca respondí, pero las ganas no me faltaron:
“Señora, si usted no sabe, imagínese nosotros. El problema no es su hijo; el gran problema es usted”
No nos podemos olvidar que los primeros educadores de nuestro hijos no son los profesores y sí los padres.
Creer que podemos ser amigos de nuestros hijos me parece un error, pues por la propia diferencia de edad y de responsabilidades esto es imposible. Querer tener una buena relación con ellos; donde haya confianza, respeto, diálogo, complicidad, etc.  no significa que seremos amigos pues seremos mucho más que eso: seremos padres e hijos.
Muchas veces queremos compensar el poco tiempo que pasamos con ellos dándoles todos lo que quieren, muchas veces siendo demasiado condescendientes y olvidándonos de nuestra responsabilidad de educadores. En muchos casos lo que ellos esperan de nosotros son los límites, escuchar no.

¿Conocemos a nuestros hijos? ¿Nuestros hijos nos conocen?

Para que exista este conocimiento debe existir convivencia y por lo tanto tiempo para estar juntos.
Nosotros, padres, deberíamos sin ni siquiera hablar con nuestros  hijos; solamente de verlos o sentirlos, saber que está pasando algo. La recíproca es también muy importante; nuestros hijos deberían saber y respetar, por ejemplo, cuando los padres no están en el mejor de sus días.
Es conveniente que ellos sepan si estamos preocupados, con problemas o cansados pues muchas veces solamente sufren las consecuencias de lo que nos está pasando (por ejemplo nuestra falta de paciencia si estamos con problemas o cansados)
No es común que compartamos con los pequeños lo que nos pasa  ¿Por qué?

¿Qué esperamos de nuestros hijos?

No sé lo que piensen ustedes, pero lo único que espero de ellos es que sean felices. No hago planes para el futuro de ellos, pues quiero que ellos sean los protagonistas. Lógicamente que otros padres pueden pensar de forma diferente y están en su derecho
Lo que hacemos hoy por ellos no debería tener nada que ver con una retribución en el futuro, lo deberíamos hacer, simplemente, porque son todo en nuestras vida. Es el gran desafío de criarlos para el mundo y no para nosotros; es estar preparados y prepararlos para que tomen su camino y nosotros sigamos el nuestro
Un grande desafío es, entonces,  la difícil tarea de no darles el pescado y sí enseñarles a pescar. La formación de nuestros hijos, en mi forma de entender, es un proceso de corte del cordón umbilical.
Este proceso es un parto constante, un parto de parir, de partir y de dejar ir.

Una frase que una amiga me regaló cuando todavía estaba en el colegio : 
Lo que mejor enseñas es lo que más te cuesta aprender.


¿Está de acuerdo con este post? ¡Espero su devolutiva!

sexta-feira, 3 de abril de 2015

Fazendo uma caixinha de Páscoa junto com os filhos

Oi!

Como resgatar o verdadeiro sentido destes dias? Como fazer que eles tenham um sentido alem de mais um feriado prolongado?
Minha ideia foi, junto com as crianças prepara uma caixinha de lembrança para colocar os bombons de Páscoa.
Vamos deixar de lado os ovos de chocolate pois, pelo preço, foge de qualquer orçamento!
Sentar junto com as crianças, explicar o que se está fazendo, o sentido de preparação para algo importante e, no dia da Páscoa poder compartilhar com as pessoas especiais a alegria da Ressurreição

Como fazer?


Disponibilizo o modelo que eu usei com meus filhos. Fiz bem simples para que eles possam cortar. Fiz em power point, pois permite mudar a posição das figuras, inserir, mexer, colocar fotos de forma muito simples para quem não é um gemio da informática..
A ideia é poder imprimir, depois decorar junto com eles e logo cortar. Para finalizar coloca alguns bombons dentro.
Pouco investimento financeiro, muito investimento formativo.
Espero que curtam