La idea de que
algunas cosas, en determinado momento son una herramienta y no una finalidad me
parece interesante como inicio de este diálogo (pues espero el retorno)
Por ejemplo,
saliendo un poco del tema de la música, pero aportando a algo que me parece pan
de cada día de los educadores. Si alguien pregunta: ¿La evaluación es
herramienta o finalidad? La mayoría va a responder de forma políticamente
correcta y me dirá que es una herramienta, un medio, un instrumento que me
permite verificar si el proceso de enseñanza se está realizando de forma adecuada
permitiéndome así corregir estrategias.
Pero muchas veces
tanto para el alumno, como para los padres de esos alumnos, como para el profesor,
como para la institución, la evaluación
es finalidad; es la cereza de la torta, es el colofón del proceso y este trauma
lo cargamos nosotros que pasamos por la escuela y lo cargaron nuestros maestros
que tuvieron maestros que pensaban de esa manera y lo cargan nuestros
estudiantes que son víctimas de un sistema que piensa de esa forma.
Sin embargo,
volvamos a nuestro tema. La música en sala de clase es un medio, una
herramienta y por lo tanto una pregunta importante al estructurar la actividad
es: ¿Cuál es el objetivo que quiero alcanzar con esta actividad? ¿De dónde voy
a partir y dónde quiero llegar?
Trabajar con vivencias
musicales en espacios educativos nos permite explotar algunas potencialidades
que muchas veces son ignoradas por los educadores (¿o enseñadores? Tema de otro
diálogo más adelante). La clase tradicional privilegia un alumno espectador, un
alumno quieto, callado, disciplinado, contemplador del profesor que transmite
información.
Un diálogo
recurrente siempre me llamó la atención en las reuniones de profesores eran los
comentarios en relación a que si un alumno habla demasiado es un problema, pues
habla todo el tiempo y entorpece la clase y si, por otro lado no habla es
porque tiene problemas de socialización. ¿Qué es lo que se espera entonces del
estudiante?
Cuando trabajamos
con música estamos llamando los alumnos a participar, a crear, a compartir , a
ser protagonistas; les damos la oportunidad de mostrar que saben y que pueden
sorprender.
Una estrategia para
trabajar con esta herramienta en los grupos en que se desea intervenir consiste
en mostrarles una música que sea un relato, que cuente una historia y pedirles
que la dibujen, o que la representen, o que hagan una animación o una tira
cómica o tantas otras posibilidades.
Esta herramienta
puede ser usada en historia, en geografía, en ciencias naturales, en inglés, en
español, en portugués, en artes, en filosofía, en sociología… por lo tanto
puede ser un lindo proyecto interdisciplinar o porqué no TRANSDICIPLINAR.
Les voy a compartir
el video que me inspiro a pensar en esta actividad.
Las ideas y las
opiniones que vayan surgiendo, compártanlas sea en el idioma que sea.
Compartan estos
artículos con otros educadores para que el conocimiento de desparrame y llegue
a todos.
¡Ojalá!
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